Viktor Frankl escribió su experiencia para soportar y sobrevivir a cuatro campos de concentración entre 1942 y 1945.

El psiquiatra vienés escribió “El hombre en busca de sentido” en solo 9 días y tenía la intención de publicarlo de forma anónima. Le sorprendió su éxito como éxito de ventas internacional. Puesto que el título prometía abordar la cuestión del significado de la vida, Frankl vió el éxito del libro como un síntoma de la neurosis de masas que sufirmos en los tiempos modernos.

La primera parte del libro relata su experiencia al enfrentarse a las peores y más crueles condiciones que un ser humano pueda imaginar, y cómo aun así algunos de ellos lograron sobrevivir.

Fueron aquellos que tenían una razón para vivir, que vieron un sentido en su vida, los que fueron capaces de soportar el mayor sufrimiento que una persona pueda imaginar.

Frankl desarrolló la Logoterapia como una tercera corriente psicológica, diferente a Freud y Adler. La Logoterapia se basa en el deseo de encontrar un sentido a la vida y el libre albedrío.

Las principales técnicas utilizadas por Frankl son:

  • Intención paradójica, para combatir la ansiedad y el miedo anticipatorio. Se traduce en distanciamiento propio, exageración humorística o simplemente desear lo que temes, solo para evitarlo.
  • Desreflexión: desviar la atención de sus síntomas, ya que la hiperreflexión puede empeorar los síntomas
  • Diálogo socrático y modificación de actitudes, para ayudar a un cliente a encontrar y buscar un significado autodefinido en la vida

“Quien tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo” -Friedrich Nietzsche

Frankl refuerza la voluntad de sentido como motivación fundamental, a diferencia de escuelas anteriores que ponían el énfasis en la voluntad de placer o la voluntad de poder.